“Sin lugar a dudas el centro de Medellín es un referente, ahí está la historia, está la memoria y el patrimonio. Es uno poner a hablar y dialogar la Plazuela de San ignacio, con las palomas y uno mismo, con los jugadores de ajedrez que también tienen su propio nicho”.
Si alguien puede hablar de los cambios de la ciudad, casi que con voz de viejo sabio, es Ramiro Tejada, actor y abogado que se acuerda de casi todos los nombres de los edificios emblemáticos de la ciudad. Tejada es sobre todo, un ciudadano empoderado y ¿por qué no? paseante acérrimo de estas calles (la mayoría deterioradas) que de vez en cuando se detiene a hablar con palomas y edificios para saber la condición en la que se encuentran.
“El deterioro del sitio ha sido grave porque apenas estamos volviendo a recuperar el verde de la oriental. Casas de memoria histórica se han perdido y se han convertido en inquilinatos. Cada vez se vende más barato en el centro y se compra una casa para hacer un parqueadero”.
Cuando Ramiro Tejada habla, es inevitable pensar que lo está haciendo desde la faceta de actor o abogado, pero la voz que últimamente resuena, es la del ciudadano que habita el centro y se deja habitar por este, y quiere vivirlo,pero para todos y no para algunos. “La población del centro se debe sentir más empoderada. Para transformar el centro se debe hacer desde varias líneas. Desde las artes plásticas se pueden hacer cosas en la ciudad y no es solo pintar un muro. Desde la música es necesario poner varios escenarios en diferentes lugares, no solo en el Pablo Tobón… En fin”.
El centro de Medellín se ha convertido en una amalgama de piedraspreciosas que como lo explica Tejada “El centro es una sinergia, una serendipia. Es un lugar donde en el momento menos indicado o más sorpresivo, te encuentras con el asombro, te encuentras una aparición de Cantinflas con un sombrero mágico, pidiendo pan o 200 pesos. O encuentras al maestro Cervantes y cuando menos piensas uno escucha el eco de su saxofón” y es ahí donde está el espíritu de quienes viven aquí.